Para los incondicionales de la marca, el Day-Date de Rolex es el RELOJ con mayúsculas.

Desde su creación, en 1956 por el relojero alemán Hans Wilsdorf, este popular reloj Rolex ha tenido un peso especial, siendo un símbolo de innovación constante. Fue el primer reloj en incluir la indicación simultánea de fecha y hora, las únicas indicaciones que cambiaban a diario. Y esto es algo que lo ha diferenciado durante décadas, sobre todo por el salto instantáneo y por la posibilidad de poder solicitarlo en 26 idiomas (incluido el latín…). Vamos, un reloj de alta gama en toda regla.

Ahora, Rolex vuelve a sorprendernos con una nueva, mejorada y esperada versión: el Rolex Day-Date 40. Se trata de un modelo algo más pequeño de caja que su antecesor y con nuevas asas, que cuenta también con nuevas inserciones de cerámica en las juntas de su brazalete President, todo un símbolo del reloj, como también lo es su cierre invisible Crowunclasp. Novedades que mejoran esta nueva versión de uno de los relojes de caballero más elegantes.

Pero no sólo queremos fijarnos en la estética y el diseño, sino también en sus avances mecánicos. El reloj  cuenta con un nuevo movimiento, 3255, que incorpora la conocida espiral Parachrom, y el nuevo escape Chronergy, que le hace resistente a los campos magnéticos. Destaca también su reserva de marcha de 70 horas y su gran precisión, que le hace único.

El nuevo Rolex Day-Date 40 sólo se fabrica con metales preciosos y no tiene versión en acero, pudiendo optar por una de las tres versiones en oro (Everose, amarillo, blanco) y platino.

¿Qué os parece? Espectacular, ¿verdad? Una novedad importante para la casa Rolex que no queríamos dejar de presentaros.

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